viernes, 27 de febrero de 2009

Comunicado de Prensa; 25 de febrero 2009


Santa Fe de la Vera Cruz, 25-02-2009.


Respecto de la audiencia que el Intendente de la ciudad de Santa Fe, Ing. Mario Barletta, mantuviera con integrantes del citado Movimiento el pasado 13 de febrero, sus integrantes, mediante un documento de conocimiento publico, comunican lo siguiente:

- Se presentó un documento donde se le planteó al Ejecutivo Municipal que gestione, junto con el Gobierno Provincial, el necesario y urgente plan de reconstrucción ferroviaria que mucho beneficiaría a toda la región y a nuestra ciudad en particular, ante el cual el Intendente se mostró de acuerdo y sostuvo el proyecto provincial de reactivación de una línea hacia la ciudad de Recreo desde el complejo Molino Franchino. Así también, afirmó la necesidad de que funcione una red de ferrocarril urbano sobre las vías que actualmente surcan por entre el ejido urbano, similar al transporte de tipo tranviario.


- El Movimiento "Tren para todos" en este marco, declaró que el emprendimiento ferroviario que potencialmente se genere debe ser asumido íntegramente por el Estado, en defensa de lo público -lo que es de todos-, argumentando que los capitales privados buscan la mayor ganancia posible y no pugnan por un servicio social: subiendo el costo de los pasajes y extorsionando al Estado para obtener más subsidios que los equiparen con las inversiones en otros negocios.

Respecto a esto, cabe destacar que el Intendente defendió las terciarizaciones o concesiones a través de capitales privados, objetando la falta de recursos económicos y humanos del estado municipal.

- A su vez, el Movimiento sostuvo la necesidad de resguardar los bienes ferroviarios y terrenos circundantes; entre estos el edificio de la Estación Belgrano, lugar donde hace ya varios meses "Tren para Todos" lleva a cabo actividades para que se impulse no sólo su preservación como edificio histórico, sino su reserva para la futura reactivación de los ferrocarriles.
El Intendente expuso su intención de reacondicionar el edificio con vistas a instalar allí oficinas de distrito, salas de muestras, una pequeña plaza lindante a la Estación y un bar.


-Por último, el Movimiento manifestó su ambición de recuperar el servicio ferroviario Retiro-Rosario-Santa Fe e intermedias, que salía desde la estación de ferrocarriles Bartolomé Mitre, y cual fue suspendido ya hace dos años. Frente a esto, el mandatario se comprometió a enviar un reclamo formal para atender este pedido.

sábado, 14 de febrero de 2009

Un tren que no se ve.

Mirada al actual tren santafesino, desde adentro.

Los santafesinos que nacimos a finales de la década del 1980 en adelante tenemos pocos o casi nulos recuerdos del ferrocarril en la ciudad. Lo que pasa es que en 1994, cuando esta generación –de la cual formo parte- tenía entre 9 y 6 años, el ferrocarril de pasajeros terminó de ceyyar todos los servicios, dejando solamente al ferrocarril Belgrano Cargas, que también fue golpeado duramente por la situación. Por eso hoy nosotros, santafesinos de entre 18 y 21 años, somos una población activa de sociedad de la cual pocos de nosotros cuentan con un recuerdo de un tren llevando gente. Pocos están siquiera enterados de las ventajas del transporte en ferrocarril, y muchos creen que es un transporte “pasado”. Los jóvenes ya nos acostumbramos cruzar pasos a nivel de rieles escondidos, que algunos los consideran de “vías muertas”.
Hoy como mucho, los que viven cerca de las vías que quedaron activas saben que por la ciudad pasa un tren carguero, balanceándose y bien lento sobre vías en precario estado, pero ellos creen que va lento “porque el tren es lento”…

Falsas ideas del tren a partir de información lejana y parcial.
El santafesino de veintiún años o menor, solamente ve el tren en los informativos de Buenos Aires, en las noticias más ruidosas, que son las que denuncian la calidad del viaje en las líneas menos mantenidas, en coberturas de destrozos de estaciones porque el tren tenía demoras, en noticias de accidentes donde siempre anuncian que “tren arrolló a ómnibus”, pero nunca que “ómnibus arrollado por tren tras pasar con las barreras bajas”, o que el Gran Capitán demoró 40 horas en llegar de Posadas a Retiro… entonces el joven santafesino se carga con esas ideas del tren: que es lento, que la gente viaja apretada, que es peligroso, etcétera. Eso porque no le ofrecen la alternativa de considerar que el tren en Buenos Aires es un transporte fundamental que miles de personas utiliza a diario. En las horas pico va lleno, tanto como acá la línea 2 o 9 van llenas hacia Ciudad Universitaria entre las 7 y las 8 de la mañana, cosa que como en los trenes de Buenos Aires, fuera de las horas pico no pasa. Que el tren llamado El Gran Capitán hace un servicio interurbano que funciona sin subsidios del estado, y su paso por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones revitaliza y comunica a muchos pueblos que habían quedado aislados hasta la llegada dicho tren. Que el ferrocarril en definitiva, sí es un método de transporte antiquísimo, pero no “pasado” porque su rentabilidad bien administrada supera a cualquier otro tipo de transporte motorizado.
Esta tendencia a la ignorancia de cosas que nos convendría saber son -sino la raíz- por lo menos grandes impedimentos para solucionar serios problemas que tiene la ciudad y la región, como ser la desocupación, la pobreza o la exclusión social.
Al mismo tiempo, no creo que mi generación sea la culpable de generarse estas ideas, sino que este fenómeno deviene de una falta de transmisión cultural, una verdadera pérdida del patrimonio histórico alimentada por la desinformación o por la demasiada importación cultural. Las generaciones próximas anteriores no empeñaron esfuerzo en reestablecer el ferrocarril, pero aún más importante, la conciencia y la cultura que significa valorarlo como fuente de comunicación y trabajo.

Más nostalgia que esperanza.
Nadie puede negar que muchos de nuestros abuelos y bisabuelos trabajaron e hicieron su prosperidad trabajando en el ferrocarril o en el puerto; y junto con su prosperidad hicieron progresar y crecer la ciudad que hoy tenemos, gracias a su trabajo, a esas vías que hoy vemos descuidadas, y a ese puerto que hoy curiosamente, lo único que le queda de puerto es una mínima parte de zona aduanera. Hoy tenemos dos estaciones de ferrocarril inactivas y todos los servicios de pasajeros que nos conectaban con el interior de nuestra provincia (y el de todo el centro norte del país), también inactivos. Lo preocupante ante esto es casi nadie piensa en esas vías como potenciales factores de desarrollo; la mayoría lo ve como algo abandonado eternamente, y como mucho se las usa como excusa para un relato nostálgico. Algunos plantean transformar las estaciones, ¡venderlas con tal de ver más lindos sus edificios! Y no hablo de autoridades, sino de jóvenes que –quizás en su desinformación, creen que sería mejor- apoyan la construcción de cualquier boliche o shopping, sea como sea, en un predio que ahora es suyo y donde tendría que haber un tren que es nuestro, y que por no reclamarlo como se debe seguimos sin tenerlo. Un predio que con trenes podría darle trabajo a estos jóvenes, a sus hijos y a sus nietos. Lo mismo en el predio de Santa Fe Cambios, y en menor medida la Estación Ferrocarril Mitre, que en los últimos años tuvo en ínfimo regreso del tren de pasajeros, suspendido en apenas tres años. Con respecto al predio Santa Fe Cambios, es un lugar que muchos jóvenes y hasta algunos adultos treintagenarios no están enterados de que fue un importante taller ferroviario dentro de la red argentina, y por eso son pocos los que se alertan o preocupan al enterarse del proyecto de refuncionalización de este predio, en vez de -a la par de la reactivación ferroviaria- recuperar ese edificio para la reparación de maquinaria, cosa que aportaría una gran solución al problema del desempleo y colaboraría con un gran avance en inserción laboral y educación técnica de jóvenes que hoy buscan un empleo.

La ausencia del ferrocarril refleja más que eso.
Este largo período de inactividad ferroviaria se sostiene en una población desinformada, o sólo despreocupada por el bien común. A la vez, la falta de trenes que una vez fundaron pueblos, hoy los dejan aislados frente a vías vacías y dependientes de otros medios de transporte mucho menos prácticos y rentables para ellos. La falta de trabajo y la dependencia de tecnologías e industrias extranjeras crecieron junto con la ausencia del ferrocarril, del cual hoy en Santa Fe se podría estar hablando.
Sin embargo la desinformación en esta materia llega a puntos tales en los que los jóvenes están convencidos de que el centro comercial llamado Estación Recoleta, fue en algún tiempo una estación ferroviaria, siendo en realidad que su nombre es en honor o en burla a que fue instalado sobre las antiguas vías del ferrocarril que unían Las Colonias con el Puerto de Santa Fe. El joven santafesino escucha ese nombre de fantasía como realidad, al mismo tiempo que numerosos medios de comunicación lo informan insistentemente acerca de “ex-estaciones”, de “ex-talleres” o de “ex–ferrocarriles”. Es realmente una incipiente tanda de palabras que atentan ideológicamente contra la reactivación ferroviaria, e invitan inconcientemente a abandonar la idea de que el ferrocarril puede volver. Por eso creo que deberíamos cambiar la actitud, y empezar a hacer de la esperanza una realidad; esforzarnos entre todos y luchar más que nunca para recuperar nuestros trenes, y con él, nuestro boleto a la prosperidad.

El que no sabe es como el que no ve. Por eso tenemos que mostrarle a Santa Fe de la Vera Cruz la posibilidad y el beneficio que trae el tren, y que es posible conseguirlo.

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Por Ismael Mahfoud.
Publicación original en el blog de trenazul.